La cachuela extremeña: la receta típica de la abuela
Este producto de la gastronomía extremeña es ideal para comer en el desayuno y en la merienda
La gastronomía forma parte de la riqueza cultural de Extremadura. Son numerosos los platos tradicionales, cuyas bases se encuentran en la riqueza y exquisitez de las materias primas extremeñas derivadas del cerdo ibérico, del cordero, de los quesos y tortas, del pimentón de La Vera, aceites de oliva, miel y los vinos. Se trata de una gastronomía sencilla, de carácter rural y de aprovechamiento, pero embaucadora por la eclosión de sabores y colores.
Hoy, hablaremos del desayuno y la merienda. Para esos momentos del día, puedes elegir ingerir unas migas, un alimento típico del invierno y que, tradicionalmente, se consumía en las madrugadas frías, húmedas y lluvias previas al inicio de la jornada laboral gracias a su gran aporte energético. O una tostada de cachuela extremeña, también conocida como pringue de hígado o caldillo.
La cachuela es más típica de la provincia de Badajoz que de la de Cáceres, pero ya se consume en toda Extremadura, además de exportarse a otras regiones y países.
Se elaboraba normalmente durante la matanza, con el hígado frito en la manteca, con ajo, cebolla, pimentón y otras especias. El resultado es una especie de paté muy sabroso y contundente, que se suele tomar sobre una tostada.
La receta
Para comenzar, recordar que la cachuela se puede adquirir en cualquier establecimiento de productos típicos extremeños o supermercados, e incluso en tiendas gourmets. Sin embargo, siempre cabe la posibilidad de arremangarse y meterse en la cocina para prepararla uno mismo.
Si optas por esta segunda posibilidad, aquí te dejamos la receta:
- 1/2 kilo de manteca blanca de cerdo ibérico
- 1/4 kilo de hígado de cerdo
- Pimienta negra molida
- Comino molido
- Pimentón de La Vera
- 5 dientes de ajo
- Sal fina
Su elaboración es sencilla. Comenzamos pelando y cortando en láminas los ajos. Se trocea el hígado en porciones pequeña. Se sofríen los ajos y se reservan. A continuación, ponemos la manteca blanca en una sartén y esperamos hasta que comience a derretirse. Una vez casi lista, añadimos los ajos, el hígado y una pizca de pimienta negra recién molida. Lo dejamos cocinar a fuego lento durante 10 minutos.
Seguidamente, colocamos los ingredientes en un vaso batidor y lo batimos hasta a hacer un paté. El último toque será añadir el comino, la sal y dos cucharaditas de pimentón de La Vera.
Para concluir, antes de que se enfríe completamente, debemos colocar el paté en un recipiente y removerlo para evitar que la grasa se separe del resto.
Aunque al inicio de esta receta, hemos comentado que se trata de un producto que se consume en el desayuno, con el paso del tiempo también se ha convertido en un delicioso entrante.
La cachuela extremeña: la receta típica de la abuela